JON RIVAS | ENVIADO ESPECIAL
LISBOA.- La Vuelta a España se pone en marcha hoy en Portugal con la incógnita que rodea siempre a cualquier carrera: ¿Quién es el más fuerte? Abraham Olano es señalado con el dedo por todos como la persona que puede subir a lo más alto del podio en Madrid. El se siente halagado por esa confianza que se pone en su persona, pero rechaza el papel de favorito: «El número uno en la lista es la ONCE. Han ganado dos veces consecutivas la Vuelta y vienen muy motivados a esta carrera».
Olano está en forma, con ganas de agradar y sin pensar en otra cosa que en la Vuelta. No piensa guardar fuerzas para el Mundial, que pasa por la puerta de su casa. Tampoco mira de reojo a los de la ONCE, ni se pone a analizar la guerra de declaraciones entre los directores.
La pelea entre Echavarri y Unzue por parte de Banesto, y Saiz del lado amarillo, le trae sin cuidado: «¿Quién ha dicho que me voy a pegar con la ONCE? Eso será entre los directores. En el pelotón hay muy buen ambiente, aunque a la hora de apretar cada uno aprieta por lo suyo. A lo mejor tengo que pedirle ayuda mañana a Jalabert porque se ha escapado Tonkov».
INCIDENTE.- Precisamente el ruso, líder del Mapei y ganador del Giro 96, protagonizó el incidente desagradable de la víspera. Durante el entrenamiento de la mañana en Lisboa, un automóvil irrumpió en la calzada sin respetar un ceda el paso, y tanto Tonkov como su compañero Franco Ballerini se fueron al suelo. Afortunadamente, todo se saldó con un golpe en la espalda y un hematoma un poco más abajo. Los médicos indicaron que no tendrá problemas para tomar la salida.
Tendrán que tener cuidado los ciclistas con las carreteras lusas, tal vez demasiado irregulares para lo que están acostumbrados. A Olano ya le ha avisado su manager, José Miguel Echavarri. No en vano, el director navarro acabó su carrera profesional en las filas del Oporto, y se conoce el percal. El corredor guipuzcoano se muestra precavido después de visitar el recorrido de la primera etapa. «Se puede romper el pelotón. Habrá viento y muchos repechos».
No es una etapa usual para el comienzo de la carrera ésta que comienza en Lisboa y acaba, después de un recorrido de 155 kilómetros, en el circuito automovilístico de Estoril.
Sin embargo, hay un corredor que estará atento a todo lo que ocurra, porque su objetivo es vestir la primera camiseta amarilla. Se trata de Mario Cipollini, que ya consiguió ser líder en el Giro y el Tour. Vestir de amarillo en la carrera española colmaría sus aspiraciones.
De todas formas está tranquilo. Su mecánico, el catalán Sisquillo, confesaba ayer que no le ha formulado ninguna exigencia a la hora de montar su primera bicicleta para esta Vuelta. Eso sí. Se ha traído la que hace juego con el culotte de la bandera americana y está esperando que le llegue la de color amarillo, actualmente en una exposición.
En fin. Olano parece de buen humor y ése es un síntoma de que está bien. Ayer bromeaba con los periodistas y decía no sentir ninguna presión: «El nombre no hace nada. El que mejor está se pone delante. Si hay algún corredor que se sale de la tabla y no soy yo habrá que asumirlo».
