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EL TOUR 2016

Otro libreto para Contador

QUINTA ETAPA / LIMOGES – LE LIORAN / 216 KMS.

Greg Van Avermaert entra en la meta como ganador. / © A. VIALATTE / ASO

JON RIVAS / Enviado especial / Le Lioran

Disputar una etapa en el Macizo Central francés es, como para un explorador, adentrarse en la selva a machetazos. Nadie sabe lo que se va a encontrar en la espesura. Tal vez una serpiente; puede que un tesoro. Allí siempre pasan cosas. En uno de los descensos de ayer, Vinokourov se rompió el fémur en 2011. Tuvieron que sacarle sus compañeros de la cuneta. Por esas carreteras, un conductor a la fuga –nunca se supo quién fue–, atropelló a Flecha y Hoogerland el mismo día del accidente del ciclista kazajo.

El Macizo Central puede ser una caja de sorpresas. ¿Acaso pensaba Greg Van Avermaert vestirse de amarillo en Le Lioran?, ¿creía Contador que iba a sufrir daños colaterales por un pique entre Bardet y Pinot, dos franceses orgullosos en busca del reconocimiento de su afición?

Todos esos interrogantes, y más, se plantean cada día en una etapa. Y no se resuelven hasta que acaba, lo que parece una verdad de perogrullo, y lo es. En la meta, desde los coches, o en la sala de prensa, en la que hay que levantar los pies del suelo para que no se congelen, porque está instalada en una pista de hielo con moqueta, no se resuelve nada. Las cosas pasan en la carretera.

Si a Contador no le funciona la pierna izquierda, sólo lo puede saber con el paso de los kilómetros. Él y sus rivales, que le observan. Por eso el Movistar pone a su equipo a tirar para que el ritmo se adapte a Nairo Quintana; y el Sky hace lo mismo con Froome. Fuera de la ruta todo son elucubraciones. Y todos hacen que no miran, pero sí que miran, y ven un Contador que resiste, hasta que entre Bardet y Pinot, pique entre franceses orgullosos, hacen que pierda pie en un ascenso de tercera. Y se queda desnudo y sin compañía. Aún así se las arregla para perder sólo 33 segundos. Y empezar otro Tour.

Todo mientras Van Avermaert tiene su día de gloria, gana la etapa y se viste de amarillo mientras otro damnificado, Sagan, se lo toma con humor. Ahora el eslovaco tiene otro reto: ganar dos etapas más para que el ciclotímico Oleg Tinkoff siga en el ciclismo.

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