En los últimos meses de 1939 y los primeros de 1940, la vida en Francia transcurría con normalidad. Se había declarado la Guerra a Alemania después de la invasión de Polonia, pero en París le llamaban la “guerra falsa”. Los soldados estaban movilizados, pero seguían a la espera. Sin embargo la situación comenzó a deteriorarse rápidamente y afectó a todas las esferas de la sociedad francesa, que vio con alarma que la guerra no era tan falsa. Para el mes de abril ya era una realidad, también para los promotores del Tour. En octubre de 1939 ya tenían preparado el recorrido y terminado el reglamento. Sin embargo, dos meses después, la celebración de la carrera estaba en el aire. En marzo de 1940 aumentaron las esperanzas de que se celebrara, pero poco después, la ofensiva alemana comenzó a recrudecerse, y en abril, los organizadores del Tour ya habían decidido suspenderlo. Era la segunda muerte de la carrera, de nuevo por una guerra.
El día 13, el periódico organizador, L’ Auto, publicó un artículo que ocupaba la mitad de la parte superior de la portada, explicando las razones. La otra mitad se dedicaba a la resistencia de Noruega, invadida por los nazis, y a la espera de los soldados aliados.
El artículo lo firmaba Henri Desgrange, de 75 años, fundador y director del periódico. El hombre que con mano firme había llevado el Tour durante tres décadas. Con dolor de su corazón, pero con esa fina ironía con la que afrontaba sus artículos, Desgrange apuntaba por qué se había tomado la decisión.
–Como todos los lectores de este periódico tienen una mínima inteligencia, al leer el título de este artículo han notado que no se indicó la fecha de la 33 edición del Tour. ¿Por qué no hay fecha en este 33 Tour de Francia? Se lo explicaré: Ya en octubre de 1939 y siguiendo la costumbre, se completaron los Reglamentos del Tour de 1940, la organización también ajustó las fechas establecidas; las circulares quedaron listas para la impresión. Presentamos este Reglamento a la Unión Velocipédica Francesa.
Sigue Desgrange con su relato:
–Pero el cariz presentado por el estancamiento de la guerra, el giro que toma la contienda, las necesidades que conlleva; la zona exclusiva para los ejércitos, las formalidades de la circulación, la congestión de las ciudades –hemos tenido problemas estos días, por falta de hoteles, que casi nos hacen renunciar a Le Mans-París–, etc., nos ha llevado a que en el reciente Congreso de la Unión Ciclista Internacional ni siquiera hayamos podido reservar fechas. Así que la idea que teníamos se ha hecho realidad. El Tour de Francia en 1940 es absolutamente imposible, inalcanzable. Cerramos todos nuestros trabajos y decidimos no volver a empezarlos hasta que la guerra termine o permita un Tour de Francia que sea un Tour de verdad.
Desgrange había tenido que suprimir la París-Roubaix y sustituirla por una Le Mans-París, ya que la frontera con Bélgica era zona de guerra. En muchas ciudades no se permitía, por el Ejército, pasar ni pernoctar. Muchas rutas estaban cerradas. Ante tantos inconvenientes, Desgrange y sus colaboradores decidieron dejar morir el Tour de 1940, a la espera de poder volver a ponerlo en marcha al año siguiente.
En 1941 tampoco hubo Tour, pero Henri Desgrange no pudo saberlo. Poco después de tener que anunciar su suspensión, el fundador falleció. Fue en agosto de ese año. Para entonces, los acontecimientos se habían precipitado. El director del periódico deportivo, que empezaba a reducirse a dos páginas y empezaba a llevar artículos censurados por el ministerio de la Guerra, siguió escribiendo artículos en el diario.
El último lo publicó el 9 de junio. Se titulaba: Sueño, imaginación, quimera. No tenía nada que ver con el ciclismo, sino con el interés que había tenido siempre, de concienciar a los poderes públicos de lo importante que es la educación física. Dos días después, Mussolini declaraba la guerra a Francia e Inglaterra y L’Auto lo anunciaba a toda plana. Era el último día en el que el periódico se iba a imprimir en París. Dos días después, en su cabecera, L´Auto anunciaba su redacción en Lyon. París estaba a punto de caer ante el avance alemán.
El 18 de junio, el periódico deportivo deja de publicarse durante algunos días. Cuando regresa, el 27 de julio, las noticias de la guerra han desaparecido de sus páginas y vuelve a ser completamente un diario de deportes, aunque algo ha cambiado: se ha convertido en un órgano a las órdenes de los dirigentes de la Francia de Vichy, el régimen títere presidido por el mariscal Petain, a las órdenes de los nazis. En la cabecera sigue apareciendo el nombre de Henri Desgrange, como fundador y codirector con Jacques Goddet. Apenas dos semanas después, el 17 de agosto, la portada se tiñe de luto. Anuncia la muerte de Henri Desgrange el día anterior por la mañana.
El periódico siguió publicándose justo hasta el día en que se cumplía el cuarto aniversario de la muerte de su creador. El último número está fechado el 17 de agosto de 1944. Tiene entonces una edición que se imprime en París y otra en Lyon. En esa fecha, el diario anuncia que la edición lyonesa va a ser suprimida ya que se transmitía íntegramente a través del teléfono y las comunicaciones habían quedado interrumpidas. Sin embargo, la de la capital tampoco llegaría a publicarse más. La liberación de París se produce el 25 de agosto y a Jacques Goddet no le permiten volver a publicar un periódico en el que se había llamado terroristas a los miembros de la Resistencia.
No obstante, Goddet sale bien librado de las depuraciones. Dos años más tarde funda L’ Equipe.
