JON RIVAS | Enviado especial
AGRIGENTO (ITALIA).- A lo bestia. Así responde Heinz Verbrugen a su linchamiento moral por el caso Festina, y a su procesamiento por parte del juez de Lille. Comienza hoy el Giro en Sicilia y lo hará con madrugón. Todos los ciclistas, ¡todos!, tendrán que pasar el control médico de la Unión Ciclista Internacional. Los vampiros tendrán mucho trabajo. Los 162 corredores de los 18 equipos que participan en la carrera rosa deberán poner la vena y esperar el resultado del control para saber si pueden, o no, tomar la salida.
La UCI ha desplazado a Agrigento cinco equipos médicos que se reparten por los hoteles de concentración. Eso sí. No existirá el factor sorpresa. Los directores, los médicos de los equipos y los corredores saben que se exponen a mucho si el nivel de hematocrito supera el 50%, y más en los tiempos que corren, así que anoche, seguro que hubo controles privados en las habitaciones, para evitar disgustos. Para eso cada escuadra viaja con la famosa máquina de los análisis.
Carmine Castellano, el patrón del Giro, espera que no haya problemas y todos estén en la salida. También Virenque, claro, pese a su movida semana y que todas las miradas se fijan en él y no por un asunto deportivo. La sombra del escándalo seguirá cerniéndose sobre cada carrera y sólo las hazañas en la carretera pueden hacer salir de nuevo el sol.
Aunque la carretera -pese a que todos han entrenado- parecían muy lejana hasta ayer, nadie olvida que hay un indiscutible favorito para el triunfo final. Es, como no, Marco Pantani. El líder del Mercatone Uno, vencedor del último Tour y también del último Giro, cuenta con una carrera a su medida. Incluso un poco más dura de la que él hubiera diseñado. Los organizadores han trabajado por su ídolo, por la sensación de Italia, y en el ambiente se huele el nombre del Pirata como indiscutible inquilino del podio en el Parco Sempione de Milán, allá por el 6 de junio.
Pero pueden pasar muchas cosas desde el primer día. Una de ellas, que los españoles empiecen a dar guerra. No se había visto, desde hace mucho, interés igual del ciclismo hispano por el Giro de Italia. Los cuatro equipos más cualificados del panorama nacional se alinean en la salida de Agrigento. Aquí sólo falta Javier Mínguez, director del Vitalicio Seguros, que tiene comunión en Valladolid y se incorpora mañana. El resto está a la que caiga.
